Descripción del proyecto

En el confín más remoto e inaccesible de las  provincias  de León y Palencia se levanta una espectacular y casi desconocida cadena montañosa. Sus picos y crestas, modelados por el hielo en la dura y apretada caliza, sobrepasan los 2.500 metros de altitud y conforman un singular relieve a base de fantásticas agujas, altivos cantiles y valles profundos. Son las montañas de Riaño y Fuentes Carrionas

Este nombre ha tenido tanta fuerza y raigambre que parece definir un sistema montañoso único. Sin embargo, esta zona se enmarca en el contexto más amplio de la Cordillera Cantábrica y tiene como ilustre vecino a Picos de Europa. Esta vecindad es la causa, sin duda, de su relativo desconocimiento por parte de la comunidad montañera.

Sobre esa realidad pedregosa e inclinada se asienta otra realidad, la de los bosques, las praderías, los ríos, los pueblos y los embalses. Abundan los lagos de origen  glaciar y tres importantes ríos de la Meseta Norte, deudores del castellano Duero, tienen sus fuentes en estas montañas: El Esla, el Carrión y el Pisuerga. El primero de ellos nace en el corazón más escarpado de la montaña, de las fuentes de Valdeburón y Tierra de la Reina y entregan sus aguas en el pantano de Riaño. El Carrión nace mas al este y su laguna se conoce con el nombre de Fuentes Carrionas, topónimo del que toma nombre toda la zona  y el parque natural que la protege. Por su parte el Pisuerga brota  en Fuente Cobre, al menos en apariencia, porque su origen se sitúa bastante más arriba, en Sel de la Fuente, donde confluyen las aguas del circo glaciar de Covarrex; y allí mismo se entierra, nada mas nacer. Su recorrido continúa por las entrañas de la montaña durante más de dos kilómetros, emergiendo en la Fuente del Cobre. Su paseo por el subsuelo ha esculpido un entramado de cuevas de una belleza espectacular, como bien saben los espeólogos.