Descripción del proyecto

Hablamos de esquí de travesía, una forma de esquiar que se aleja de las saturadas y enajenantes estaciones de esquí, una forma de esquiar que nos enfrenta verdaderamente con nuestra capacidad y con nuestro entorno, y lo más importante una forma de esquí que no interfiere con el sitio en el que realizamos esta actividad, que no deja mas huella que las trazas de las palas deslizando sobre la nieve, una traza que el viento o la nieve se llevarán y no volverán a aparecer jamás, no quedará ninguna huella de nuestro paso.

El esfuerzo que hacemos en las subidas a veces no se ve recompensado con una buena bajada, muchas veces tenemos que quitarnos las tablas y cargar con ellas, ponerse los crampones donde las cuchillas no son capaces de sujetarnos a las heladas pendientes, quita y pon de focas, la ventisca cada vez es más fuerte y encima nos pilla en una ladera que nos hace tirarnos al suelo y clavar el piolet porque parece que nos va a arrastrar hasta los pedruscos que se ven allá abajo, nieve blanda, costra, polvo, agua, piedras, placas de hielo, pero ¿tu flipas o qué? ¿y esto es mejor que bajar del coche y tomarte un café?, luego te pillas el remonte que te sube en 5 minutillos y bajas tranquilamente por pistas con La nieve siempre en más o menos buenas condiciones, y encima ves todos los modelos de gafas, tablas, guantes, chupas … te tomas unas birras, vuelves a esquiar, y cuando acabas te puedes ir de marcha por la noche, y si tienes suerte igual pillas cacho, allí arriba no hay ni rebecos en invierno, allá tú.

Pues para esos pocos que a veces prefieren huir de los caminos marcados y adecentados, existe en la Cordillera Cantábrica una zona que posee la más altas cotas de dicho sistema montañoso, sin contar los Picos de Europa. Nos referimos al cordal de cumbre que se extiende a lo largo de la divisoria de las cuencas del Carrión, en Palencia, y del Esla, en León, o lo que es lo mismo, el cordel que va desde el puerto de Picones al de San Glorio. Montañas que están entre los 2.000 y 2.500 metros y cuya orografía permite acceder a todas ellas con las tablas en los pies y realizar el descenso que más se adapte a nuestros gustos. La situación geográfica hace que la nieve se presente al comienzo del invierno y dure hasta entrada la primavera en estas cotas de altura, la barrera natural que ejercen entre el cantábrico y la meseta hace posible que aquí la nieve no falte nunca, aunque siempre nieve menos que antes, que todos nos acordamos de las nevadonas que caían.

Aunque la cumbre a la que más se accede y la más habitual, por el medio que nos ocupa, sea Tres Provincias, todas las demás son accesibles también y nos brindan unos descensos y una posibilidad de combinar recorridos inigualable. Una descripción detallada de todas las posibilidades exigiría una guía completa, por lo que daremos una idea somera de los recorridos de cada cumbre y desde la vertiente leonesa principalmente. Las posibilidad de enlazar varias o todas estas cumbres es posible y se puede elegir según los gustos de cada cual. Los tiempos son muy volubles dependiendo de la cantidad y calidad de la nieve y del tiempo atmosférico, por lo que se da una idea aproximada en jornadas (entre 6 y 8 horas), media jornada (3-5 horas). El terreno es idóneo para actividades complementarias o similares al esquí de travesía como: descensos con snowboard,  realizar estas mismas rutas u otras más sencillas con raquetas de nieve, y el fondo de los valles nos ofrece en la época de máxima nieve largos recorridos para esquí de fondo con suaves desniveles.